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25/01/2022Mientras REAC continúa con su campaña #NIUNOMÁS!, es pertinente hacer una reflexión constructiva acerca de la propia vulnerabilidad del sector. En un contexto de concienciación sobre la violencia vial.
Aunque todas las muertes en la carretera de profesionales importan, parece que la del pasado 19 de noviembre, en Alhaurín de la Torre (Málaga), fue un punto de inflexión en el sector del auxilio en carretera. La campaña #NIUNOMÁS! se ha podido difundir a lo largo y ancho del territorio nacional gracias a la iniciativa de la Red de Empresas de Auxilio en Carretera (REAC).
Todos y cada uno de los agrupados se han sumado con convicción a este movimiento, debido a la alerta y angustia que producen los accidentes en los que los operadores de auxilio en carretera se ven involucrados.
Lo que debería materializarse en una plataforma, de momento en preparación, se ha convertido en una reivindicación a la propia Dirección General de Tráfico (DGT). Se le está pidiendo a esta importante institución que diseñe una campaña de comunicación para concienciar al conductor medio de que no circula solo.
Una comunidad de vulnerables cada vez más amplia
En los últimos tiempos se ha hablado mucho de los denominados “vulnerables”. ¿Quiénes formarían ese colectivo, en lo que a seguridad vial se refiere? En principio, ciclistas, motoristas y peatones. Pero es que la movilidad sostenible ha traído más perfiles de vulnerables: vulnerable sería, por ejemplo, quien conduce un VMP (Vehículos de Movilidad Personal (VMP).
Además, el envejecimiento de la población influye igualmente en la consideración de los mayores de 65 años, que en 2019 protagonizaron, tristemente, casi un tercio del total de muertes por accidentes de tráfico, siendo el 54 % de los fallecidos en el caso del grupo de peatones. Las personas con discapacidad o movilidad y orientación reducidas (PMR) han entrado igualmente en el grupo de usuarios vulnerables.
¿Qué pasa con nuestro sector?
Desde REAC se considera, a estas alturas, que el trabajo en la carretera convierte a los profesionales en vulnerables. A la vista están las cifras de accidentes con conductores de grúas implicados, en muchas ocasiones arrollados por vehículos de mayor o menor envergadura que no les han visto. Se trata de una siniestralidad de la que no se dispone, por el momento, de informes oficiales anuales.
Recordemos que una de las novedades del Real Decreto 159/2021 aprobado el pasado era, precisamente, la obligatoriedad de reforzar la visibilidad con material retrorreflectante en un tercio de superficie de la grúa.
Existe el convencimiento de que esta lacra debería empezar a paliarse, sobre todo, con buenas dosis de concienciación en la opinión pública. Una de las peticiones que organizaciones como REAC están realizando a la DGT es que los paneles informen de las actuaciones de las grúas, cuando están realizando un rescate en carretera. Por no hablar de una campaña de calado en los medios de comunicación. ¿Será posible algún día? Esperemos que sí.