El hielo negro y sus peligros
13/01/2021Consecuencias psicológicas de los atascos
28/01/2021Pisar el freno de manera drástica en cualquier circunstancia puede acabar muy mal. Se puede producir el efecto acordeón, fenómeno que describe los aparatosos -y peligrosos- choques en cadena.
¿Qué sabemos de los efectos que se suceden en la carretera? Lo cierto es que bastante, puesto que cada vez están mejor categorizados, descritos y explicados, en especial por la Dirección General de Tráfico (DGT), siempre atenta a realizar la mejor pedagogía posible con respecto a la la Seguridad Vial.
Por aquí hemos tratado algunos como el efecto túnel, altamente peligroso, puesto que reduce la vista panorámica mientras conducimos, o el efecto elefante. Aunque no todo va a ser malo… el efecto pasillo, como explicamos en un artículo anterior, es necesario para salvar vidas.
El fenómeno del que vamos a ocuparnos hoy puede dar lugar a un accidente con múltiples vehículos implicados, con las consecuencias siguientes en cuanto a daños personales y materiales que esto significa. Antes de proceder a explicar de qué se trata… veamos unas imágenes: en este caso, tomadas por la propia DGT.
¿Queda clara la peligrosidad del efecto acordeón?
La distancia de seguridad debe ser un mantra
Puede que alguien piense que esto es una exageración, pero es que, si todos mantuviéramos la distancia de seguridad, evitaríamos muchos males. Un atasco sobrevenido, una incorporación repentina de otro coche en el carril de aceleración, el propio efecto mirón -que aquí no hemos tocado, ¡ya le llegará su turno!-, son situaciones que pueden pillarnos de dos maneras:
- Conduciendo relajadamente, manteniendo la separación con el vehículo que nos precede y, por lo tanto, con margen suficiente para realizar la maniobra de frenado.
- Conduciendo a una velocidad inadecuada y estresada, o de manera distraída… con lo que difícilmente podremos prepararnos para una frenada abrupta.
Efectivamente, se trata de verlas venir. Y de estar muy pendientes de lo que sucede delante, puesto que de nuestra conducción, responsable o temeraria, dependerá la reacción del vehículo que venga detrás. Si chocamos con el de delante, dándole alcance, es posible que quien nos sigue choque con nosotros, y así sucesivamente.