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Si somos de esas personas con miedo a conducir un coche automático… sin duda, este es nuestro artículo. No solamente porque el coche automático no se cala nunca. Se trata de un tipo de conducción diferente, menos estresante que cuando cambiamos de marchas de manera manual. Es cierto que, con la experiencia, el manejo de la palanca y el embrague es casi “automático”, pero nunca será como la automatización radical. Eso sí, hay que manejar ciertos conceptos.
En primer lugar, debemos saber qué significa cada letra. Generalmente, esta clase de coches presentan la “P” de parking, la “R” de “reverse” (marcha atrás), la “N” de “neutral” (punto muerto), o la “D” de “drive” (conducción). Aunque existen variantes, como “L”, de “low”, un modo usado para ascender o descender colinas o transitar en caminos no asfaltados o carriles; o “N”, una especie de modo manual pero con restricciones, que suelen presentar los coches deportivos.
Cosas que debemos tener en cuenta en un automático
- ¿Qué hacemos con el pie izquierdo? Sí, ese que tan entretenido suele estar con el embrague… pues no hacemos nada, salvo dejarlo en el reposapiés y acostumbrarnos a usar el derecho, sin más. La mano derecha adquiere, aquí, otro papel, pasando más tiempo en el volante, dado que no hay que estar cambiando de marcha.
- Lo que sí debemos usar bien son las posiciones. Por ejemplo, echar el freno de mano antes de dejar el coche en la “P”. O ir en “D” al bajar una cuesta, no en el punto muerto (“N”). Es contraproducente, una mala práctica en definitiva… ¡como en los manuales!
- Hay que maniobrar con paciencia y cuidado, y no utilizar las posiciones como freno, desgastando la caja de cambios. Como por ejemplo si estamos dando marcha atrás (“R”). Una vez que el coche se detenga, cambiaremos a posición “D”. No antes.
- Otra recomendación es que, si nos vemos en un atasco, con el coche más de un minuto parado, lo mejor será apagar el motor.
- Con el mantenimiento del coche automático pasa como con el manual: es clave para una larga vida. En especial para no tener que acometer reparaciones particularmente costosas, como la sustitución de la caja de cambios. Si lo cuidamos, será nuestro mejor amigo motorizado.