Auxilio en carretera y utillaje
14/02/2019La distancia de seguridad: un “must” en la conducción
07/03/2019Una estampa típica de la montaña son sus puertos, que al conducir coronamos o descendemos sucesivamente. ¿Cómo debemos conducir cuesta abajo? ¿Y al contrario? Algunos consejos prácticos nunca están de más, ¿verdad?
Las carreteras por las zonas montañosas -tanto de interior como en la costa, asomadas a acantilados y con vistas al mar- conforman un itinerario fascinante, en especial cuando se atraviesan con suficiente tiempo libre y ganas de disfrutar del paisaje. También son recorridas por no pocas personas que, atendiendo a motivos profesionales, deben desplazarse hacia parajes más apartados (esto sirve para un transportista, así como para otros conductores profesionales u operadores de auxilio en carretera), viéndose obligadas a conducir en pendientes pronunciadas y a ascender empinadas cuestas.
Estrechas y sinuosas, no serían necesariamente peligrosas si fuésemos todos más responsables; de ahí que se recomiende extremar el cuidado al transitarlas. Además de manejar un vehículo debidamente preparado -el mantenimiento, en general, es clave, además del estado de los neumáticos-, cuando conducimos por estas carreteras secundarias hemos de tener en cuenta lo siguiente…
Subiendo
- Es necesario fijarse en la señalética, tanto de la velocidad como del aviso de curvas y la dirección de las mismas (así como de sus características, que determinarán la velocidad a la que podemos circular). Hemos de considerar aquellas señales que advierten de que la subida es peligrosa, mostrando la inclinación de la vía en porcentaje (cada 100 metros, ascendemos 10 metros).
- No tiene sentido acelerar en exceso, puesto que en este contexto, si pisamos el acelerador, es más que probable que acabemos frenando de manera continua.
- La atención debe ser, en todo momento, máxima; en especial si se pretende adelantar con seguridad, puesto que se trata de zonas donde los adelantamientos están prácticamente proscritos, puesto que se carece de visibilidad suficiente.
Bajando
- Las curvas son igualmente claves en el descenso de una pendiente, sobre todo ante la posibilidad de cruzarnos con otro vehículo en sentido contrario. La curva cerrada hay que afrontarla frenando suavemente, reduciendo la marcha y evitando invadir el sentido contrario; en este sentido, toda precaución con los vehículos de grandes dimensiones es poca, puesto que estos sí que pueden llegar a acaparar parte de tu carril. ¡Ojo!
- Los paneles direccionales son muy útiles para anticipar el grado de peligrosidad de cada curva (un solo panel significa que hay que reducir la velocidad de 15 a 30 km/h, por ejemplo).
- Si la climatología no es buena, razón de más para no correr.
- Seamos precavidos al frenar en exceso durante el descenso (podría “sacarnos” de la curva), y evitemos usar el punto muerto (es muy peligroso, y es falso que ahorre consumo).