Por la ITV pasamos todos. También los autobuses encargados del transporte del alumnado a colegios. Como estos días tiene lugar la vuelta al cole, hemos considerado oportuno explicar en qué consiste la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) para los buses escolares donde nuestros hijos e hijas se desplazan cada día: nada menos que 17.000 vehículos se dedican a ello en todo el país. En 2016, un 25,4 % de estos vehículos fue rechazado en la primera inspección; a pesar de ese dato, sin embargo, puede decirse que de las cifras de siniestralidad en buses escolares se infiere que es un medio de transporte seguro, según la Dirección General de Tráfico (DGT).
La norma que regula estas inspecciones es el Real Decreto 443/2001 de 27 de abril, así como sus sucesivas modificaciones. Consiste en lo siguiente: los autobuses que tengan menos de cinco años deben pasar la ITV anualmente, mientras que los que hayan pasado el lustro de vida, deberán visitar la estación correspondiente cada seis meses. Según la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, la gran mayoría de los accidentes de autobuses escolares suceden en vías convencionales; de modo que toda vigilancia y control con respecto a la movilidad de la infancia es poca.
Las inspecciones duran aprox. 2h: controles administrativos, técnicos, revisiones adicionales, etc.
Como ocurre con el resto de vehículos inspeccionados, el coste del examen difiere en función de la Comunidad Autónoma donde nos encontremos. Tanto es así que en 2018 la brecha entre Andalucía y Extremadura era del 51 % (106,04 euros por bus en la primera, y 52,86 euros en la segunda). Las empresas que organizan este tipo de transportes son las que han de hacerse cargo de la inspección, así como de otras obligaciones (documentos, seguros…).
¿Y cómo son estas inspecciones? Desde luego minuciosas, puesto que duran alrededor de dos horas. Controles administrativos, técnicos y revisiones adicionales para realizar las necesarias comprobaciones, que son bastantes: distintivos de transporte de menores bien visible, sistemas de retención infantil, suelo antideslizante, salidas de emergencia, martillos rompecristales, etcétera.