Tomás, Paola, Agustín, Itxíar, Jordi, Blanca… todas y cada una de estas personas tenían un nombre. Un cuerpo, un corazón, una vida. Otros seres vivos les querían. Por este motivo, como cada año, el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Tráfico aparece como una jornada dedicada en exclusiva a ellas: a las que fallecieron o sufrieron heridas gravísimas que les transformaron la existencia. Y es que, desde 2005, el tercer domingo de diciembre se convierte en un manifiesto -en parte desolado, en parte esperanzado-, por parte de millones de familias a nivel global.
Este año celebra además su vigésimo aniversario Stop Accidentes, asociación dedicada a luchar contra la violencia vial. Así lo expresan en el manifiesto disponible para descarga en su web. Rememorando los primeros tiempos: “[…] éramos unas pocas familias indignadas que sufrían en soledad, pero firmemente decididas a luchar contra la violencia vidal ante la indiferencia de la sociedad”.
La ONG ha establecido, en 2020, un paralelismo pandémico que suena muy coherente. “Estamos padeciendo DOS pandemias con consecuencias muy parecidas, y nos estamos enfrentando, más allá del dolor y la angustia de las familias, a uno de los más graves problemas de salud pública que repercute en el desarrollo social y en la economía del país. Aunque en el tráfico tenemos la vacuna: respetar las normas”, concluyen.
Considerando que el Primer Decenio de Acción por la Seguridad Vial Naciones Unidas ha sido, en palabras de la asociación, un “fracaso”, Stop Accidentes resalta los ambiciosos objetivos para el decenio 2021-2030: nada menos que un 50 % menos de muertes y lesiones en las carreteras. Con respecto a nuestro país, la sensación es agridulce. Se explican.
“España ha logrado en los últimos años situarse entre los primeros países que en Europa han conseguido reducir la siniestralidad más de un 50 %. Se han salvado muchas vidas, sin embargo, seguimos sin conseguir un reproche social y mayor conciencia del riesgo en el tráfico”.
Adquirir conciencia de la denominada violencia vial necesita de una mayor apuesta por la educación en valores de convivencia, respeto, tolerancia y responsabilidad. Pero es que además la asociación considera que es “un deber moral del Gobierno” que se comprometa a un Sistema Seguro, vinculándolo con cuestiones ambientales, de movilidad, de igualdad de género y de planificación urbana.
“La justicia debe ser reparadora para las víctimas, preventiva para la sociedad y reeducadora para el infractor”, explican. Por ello reclaman una Secretaría de Estado para todas las víctimas de hechos violentos, súbitos e inesperados. Sería la mejor manera de que se sientan respaldadas por la administración, en su opinión.
Víctimas y familiares de víctimas -que, a su vez, han conformado una familia, como explican en este conmovedor vídeo– siguen, a su vez, prestando asesoramiento, atención y apoyo mutuo. Con la idea fundamental de que buena parte de los accidentes de carretera podrían evitarse.
Mientras tanto, en medio del trabajo de acompañamiento y la reivindicación, un minuto de silencio se guardará este domingo. Por todas las víctimas que se dejaron su vida -o una parte importante de ella- en las carreteras. Desde el sector del auxilio en carretera, al que REAC representamos, nos unimos a ese recuerdo.