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31/10/2020Cuándo pensamos en qué es una campaña de seguridad vial, nos viene a la cabeza el anuncio de la DGT del momento. Pero la DGT ha realizado publicidad gráfica desde los años sesenta. Seleccionamos algunas campañas.
El exceso de velocidad, las distracciones, los sistemas de retención, las consecuencias de una conducción temeraria… Los muertos, los heridos, los mutilados. Los que jamás regresan a casa. Las estadísticas oficiales. Todos estos mensajes, que aleccionan a seguir las normas y a conducir de manera responsable, pueden caber en el guión de una campaña orientada a mejorar la seguridad vial.
En nuestro país, en especial a finales de los ochenta, programar campañas de contenido duro se convirtió, de alguna manera, en una auténtica necesidad (con anuncios de televisión y cuñas de radio). Las cifras hablaban: en 1989 se alcanzó el lamentable histórico de 5.940 personas fallecidas. Hasta llegar a las 1.126 de 2015, se ha recorrido un gran trecho en la seguridad vial.
Las campañas de concienciación en los medios de comunicación masivos, y en canales como las redes sociales, están destinadas a influir a la población, hacerla pensar. Precisamente son las redes las que han servido de estrategia, en los últimos años, para tratar de llegar hasta ese público juvenil que, por desgracia, suele protagonizar los accidentes de mayor gravedad.
Pero echemos la vista atrás para recordar campañas más antiguas, gráficas en este caso, de la Dirección General de Tráfico (DGT).
- Peatones (1979). Campaña tempranera centrada en la infancia, en consonancia con años en los que se celebraban eventos como las jornadas de oración por el tráfico, que conminaban a que los conductores pensaran más en sus acompañantes y en los peatones. Así lo recogía El País del momento.
- Velocidad (1988). En esta campaña ochentera era el televisivo Joaquín Arozamena, periodista carismático de la época, quien se utilizaba como voz de autoridad para reflexionar en voz alta acerca de lo importante que era llegar sanos y salvos a nuestro destino.
- Alcohol (1992). “El alcohol está presente entre un 30 % y un 50 % de los accidentes mortales”, decía esta gráfica. La ebriedad empezaba a pasar factura en muchos siniestros, así que se trataba de hacer ver a conductores y conductoras que no se podía conducir si se bebía. “Las imprudencias se pagan… cada vez más” fue un eslogan muy famoso de su tiempo.
- Casco y motocicletas (1993). Que los motociclistas llevasen casco ha sido una lucha continua. Si había que persuadir con sanciones, se hacía. Sin embargo, en esta campaña se intenta convencer de manera, nunca mejor dicho, más gráfica. Más directa.
- Interrumpe tu viaje, no tu vida (2001). Una vez que aparecen los móviles en nuestras vidas, lo harán también en las comunicaciones de la DGT. Progresivamente serán los causantes de la mayor parte de las distracciones, lo que hoy en día es un enorme problema. Aunque en esta gráfica aluda igualmente a la influencia de la fatiga y los fármacos en la mala conducción.
- Desplazamientos Largos y Cortos (2004). La Navidad, dada la cantidad de desplazamientos que genera, ha sido objeto año tras año de estas campañas. En esta ocasión nos encontramos con un mensaje muy positivo, un happy end sin que medie la desgracia de un accidente automovilístico, que puede transformar la vida de familias enteras.
- Cinturón y Sistemas de Retención Infantil (2006). Esta gráfica muestra con mucha claridad una asociación de ideas dirigida a los progenitores: básicamente es una disyuntiva. Recordemos que la Directiva Europea 2003/20/EC entró en vigor ese año, y obligaba al uso de cinturones de seguridad y sistemas de retención, incluyendo a la infancia.