¿Cómo son las luces de tu coche?
21/08/2019
Autobuses escolares e ITV
12/09/2019
La smartphone dependencia es una realidad que se combatirá posiblemente con una penalización mayor. Mientras, las campañas hacen su trabajo. Concienciar.
El uso del móvil al volante se ha convertido en algo inquietantemente habitual. Si nos fijamos, al detenernos en un semáforo, raro es que no contemplemos a alguien con su dispositivo en la mano: mirando algún WhatsApp, enviando un archivo de audio, cogiendo con toda naturalidad una llamada. Si no lo hacemos nosotros mismos. Pero es que al prestar atención a otros vehículos tampoco es extraño ver a alguien hablando, incluso tecleando el teléfono, al tiempo que conduce. No parece que recorrer 550 metros sin estar atentos a la carretera, ni a las señales, ni al resto de usuarios de la vía… nos importe.
El hecho de que sea ya la primera causa de accidente por distracción -por delante del alcohol, como comentamos aquí en REAC– debería preocuparnos. Nos estamos poniendo en peligro de muerte, de ahí que haya expertos como Bartolomé Vargas, Fiscal de sala coordinador de Seguridad Vial, que califiquen al móvil de herramienta imprescindible para la vida que, mal utilizada, puede volverse contra nosotros y, lo que es peor, contra la vida de quienes nos acompañan. La vida de los demás. Las palabras de Vargas deberían hacernos reflexionar a todos.
El uso del móvil se ha disparado, según el VI Informe de distracciones realizado por BP, Castrol y el RACE: un 12 % de los conductores y conductoras admite que usa las redes sociales de manera habitual al volante. Pero es que más de la mitad de quienes conducen en España confiesa que el móvil les distrae en el coche (un 56 %, en concreto). Es más, nos distraemos más que los portugueses (50 %), que los estadounidenses (29 %) y que los ingleses (18 %). Lo dice otro informe, en este caso de Liberty Mutual Insurance (“Conducción Segura y Tendencias en Seguridad Vial”), citado por Autocasión.
Móvil y conducción: campañas
Sin embargo, parece que las palabras no son suficientes. ¿Y las campañas de concienciación? Se van sucediendo, poco a poco: como esta iniciativa de una marca de telefonía móvil precisamente que, apoyada por la Dirección General de Tráfico (DGT), apelaba a nuestra responsabilidad y al uso correcto de estos dispositivos. El vídeo terminaba con esta frase: “escribir un mensaje conduciendo multiplica por 23 el riesgo de accidente grave”, según datos de la Asociación Americana de Automovilismo.
La Guardia Civil ha recurrido sabiamente a las redes sociales y a los medios digitales para meternos en la cabeza que los accidentes de trafico por uso del móvil son una cosa muy seria, y creciente. Conviene que veamos -si es en compañía de otras personas, mejor- vídeos como este que desde la Benemérita se compartió en Twitter en marzo de este año. ¿Duro, verdad?
Este verano ha sido la Fundación CEA (Comisariado Europeo del Automóvil) la que se ha animado a decirnos, parafraseando el eslogan de los años ochenta popularizado por Stevie Wonder (“Si bebes, no conduzcas”): “Si conduces, no chatees”. La campaña de vídeo se complementó con el reparto de pegatinas en calles principales de Madrid por patronos de la Comisariado Europeo del Automóvil y empresas colaboradoras.
