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La Comisión Europea acaba de acordar una serie de medidas que, enmarcadas en el programa Europe on the Move, pretende mejorar radicalmente la seguridad de todos en las carreteras. Así, se ha propuesto que, en tres años, los vehículos que salgan de fábrica introduzcan una serie de mejoras innovadoras e inteligentes para que, en última instancia, la conducción sea más segura.
Los dispositivos de seguridad futuros están destinados a prevenir distracciones y somnolencias, así como relacionados con cámaras y asistencias inteligentes donde la tecnología juega un papel fundamental. La protección se extiende a personas conductoras, pasajeros, pero también a peatones y usuarios de cualquier tipo de vehículo.
Si se reforma o no este Reglamento de Seguridad General se sabrá una vez que sea aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión. Pero veamos, antes que nada, en qué consisten estas mejoras que afectarán a turismos, furgonetas, camiones y autobuses.
La Comisión ha propuesto, igualmente, sistemas de seguridad para controlar la presión de neumáticos, en el caso de vehículos industriales (furgonetas, camiones), y autobuses. Está previsto que los fabricantes de turismos y furgos implementen cristales de seguridad para proteger a los usuarios de bicis o paseantes. Otro requisito estrella es el etilómetro, que bloqueará el uso de cualquier vehículo si detecta que la persona que lo conduce está ebria.
Los dispositivos, que serían obligatorios a partir de mayo de 2022 para vehículos nuevos -salvo en el caso de las cámaras en los camiones y autobuses-, podrían reducir el número de fallecidos y heridos graves en las carreteras europeas. Se habla de 25.000 vidas que podrían salvarse, además de evitar al menos 140.000 lesiones de gravedad, de aquí a 2038. En el horizonte de 2050 habría cero víctimas mortales y heridos graves. Un reto, sin lugar a dudas, de enorme envergadura.