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17/02/2020Cuando un trayecto lo conocemos de memoria, casi, corremos el peligro de caer en la hipnosis de carretera. También es un fenómeno asociado a la monotonía o a la acumulación de muchas horas conduciendo. ¡Cuidado!
“A mí la hipnosis de carretera me pasa cuando regreso del trabajo tras el turno de noche”, confiesa un enfermero en Twitter (es más, admite no saber, en ocasiones, ni cómo ha llegado hasta su casa). La hipnosis de carretera -también denominada “fiebre de la línea blanca”– ocurre cuando una persona, mientras conduce, no recuerda haber realizado determinada maniobra, o incluso haber pasado por un sitio. Cuando el cerebro, de alguna manera, desconecta al volante. Se pasa por un período de automaticidad del que no se adquiere conciencia en el momento.
Es un fenómeno, sin lugar a dudas, peligroso.
Es muy típico que, durante viajes largos por autovías sin aparente final, o carreteras perdidas y nocturnas, padezcamos esta especie de trance temporal. La monotonía del asfalto y la línea continua llevan a la fijación de la mirada en un punto, de ahí que se produzca esa especie de hipnotismo. En un manual de conducción de 1997 se describe como “fenómeno que se produce cuando el conductor de un vehículo viaja de un lugar a otro sin darse cuenta del itinerario, normalmente porque está pensando en otra cosa”.
¿Desde cuando se estudia el fenómeno?
Conocido como “hipnotismo de carretera”, fue mencionado por primera vez en 1921. Ocho años más tarde, en 1929, Walter Miles volvió a escribir sobre la cuestión en “Sleeping With The Eyes Open”, donde sugería la posibilidad de que pudiéramos dormir con los ojos abiertos. G. W. Williams acuñó el concepto de “hipnosis de carretera” (highway hypnosis) en 1963. Se explica como si existiesen dos niveles de consciencia paralela: la que conduce y la que mantiene la mente en otros pensamientos.
¿Qué hacer ante la hipnosis de carretera?
Cuando nos sintamos especialmente ensimismados al volante, es obligatorio reaccionar con suma rapidez para una conducción eficiente… y para no poner ninguna vida en peligro, ni propia ni ajena.
¿Cómo? Comenzando a mover la cabeza, mirando hacia distintos puntos de la vía, observando el tráfico y la carretera. Es más:
- Si hay síntomas de sueño y fatiga, se debe descansar (al menos 20 o 30 minutos).
- El descanso vendrá precedido del estacionamiento del vehículo en un lugar seguro
- En general es recomendable realizar pausas, bien cada dos horas, o cada 200 kilómetros.