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En el mundo de la asistencia en carretera, la seguridad es una prioridad absoluta. Es imprescindible que los operadores de grúas tengan claro cuáles son los pasos que deben seguir a la hora de intervenir en el escenario de una asistencia en carretera. Esto no solo garantiza su propia seguridad, sino también la de los demás conductores que transitan por la vía.
Vamos a recordar algunos puntos claves que recoge el Protocolo de Auxilio en Carretera elaborado por la DGT.
Señalización
Uno de los primeros pasos es asegurarse de que el vehículo de auxilio está debidamente equipado y señalizado. Antes de entrar en el escenario, se deben activar las luces de emergencia y colocar los dispositivos de preseñalización de peligro. En caso de que el conductor del vehículo averiado no haya colocado estos dispositivos, es responsabilidad del técnico de auxilio hacerlo.
Además, se deben colocar conos de alta visibilidad para advertir a otros conductores de la presencia de la avería. Es obligatorio que los vehículos de auxilio estén equipados con al menos cinco conos o tetrápodos para señalización, así como luces estroboscópicas, para aumentar su visibilidad y seguridad en la carretera.
Con presencia de la FVT
Si en el lugar de la intervención hay miembros de la Fuerza de Vigilancia de Tráfico (FVT), el vehículo de auxilio debe seguir sus indicaciones en todo momento. Esto garantiza una coordinación adecuada y contribuye a la seguridad de la operación.
Sin presencia de la FVT
En ausencia de la FVT, el personal técnico debe actuar con la premisa de minimizar el tiempo de exposición al riesgo, realizando todas las operaciones con rapidez y altos niveles de seguridad.
Una vez en el lugar, el operador debe evaluar la situación y determinar las acciones más adecuadas para eliminar el riesgo y proteger a los ocupantes del vehículo averiado y a los demás usuarios de la vía. Si el vehículo obstruye un carril o representa un peligro para la circulación, se debe solicitar la ayuda de la FVT para su retirada.
Buenas prácticas
Además de seguir el protocolo establecido, existen una serie de buenas prácticas que todo operador de auxilio debe seguir:
- Realizar una evaluación exhaustiva de los riesgos.
- Señalizar las maniobras con antelación para advertir a otros conductores.
- Abandonar el vehículo por el lado contrario al flujo de tráfico.
- Utilizar equipos de protección personal (EPIs) en todo momento.
- Priorizar la retirada del vehículo averiado siempre que sea posible.
- En caso de realizar reparaciones en el lugar, situar el vehículo de auxilio detrás del averiado para protegerse.
- Solicitar ayuda a la FVT en situaciones de alto riesgo.
- Ante la duda, priorizar la seguridad y solicitar asistencia.
En resumen, la seguridad es primordial tanto para los operadores de auxilio como para los usuarios afectados. Siguiendo protocolos claros y buenas prácticas, se puede garantizar una intervención segura y efectiva en situaciones de emergencia en la carretera.