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24/07/2023En la última década, una media de 75 personas han fallecido en siniestros que pudieron empezar con un leve sueño al volante. Dormir poco aumenta 11 veces las posibilidades de sufrir un accidente.
Desde la peligrosidad del efecto rebote (que puede favorecer la aparición de fatiga), al cambio de hora y sus consecuencias, la cuestión del sueño y del cansancio cuando conducimos es una constante, por desgracia, en la carretera. Siempre para mal, lógicamente. Conviene recordarlo, porque cuando la somnolencia nos atrapa… puede ser demasiado tarde. En la conducción profesional hay que tener especial cuidado: dormir poco, la mitad de las ocho horas recomendadas, hace que aumenten las probabilidades -11 veces- de accidente mientras se conduce.
Celebrada a principios de este mes, la I Jornada sobre Sueño y Conducción, organizada por la Dirección General de Tráfico (DGT), arroja una cifra para tener en cuenta: la somnolencia podría estar detrás del 7 % de los accidentes. Esto, en 2021, significó la muerte de 77 personas en las carreteras.
Desde el Observatorio de la Seguridad Vial de la DGT, su director, Álvaro Gómez, proporciona la clave de cuándo se considera que el sueño ha tenido que ver con el siniestro. Estaría en las circunstancias en que se produce, por ejemplo, una salida de vía de madrugada, cuando un conductor circula solo y no se puede explicar esa maniobra por falta de visibilidad, por ejemplo, puesto que se trata de una autopista y está bien iluminada y señalizada.
Evitar microsueños y cabezadas que pueden ser letales
Aunque la tecnología está de nuestra parte, y los sistemas ADAS de asistencia a la conducción están previendo situaciones de cansancio para asistirnos, precisamente, y evitar que nos durmamos al volante, lo ideal es prevenir. Anticiparnos al sueño, cuando sintamos los síntomas de fatiga al conducir.
En la citada jornada, de hecho, Carlos Egea, jefe del Servicio Respiratorio y de la Unidad del Sueño de la OSI de Araba de Vitoria, habló de un estudio en el que un 31 % de conductores admitía haber forzado la marcha, quedándose dormidos unos pocos segundos. ¿Qué podemos hacer? Allá van unas recomendaciones:
Evitar conducir de madrugada (de 3 a 5 de la mañana entraña especial peligrosidad) y en solitario
- Mantener la radio encendida, en directo o surtida de buenos podcasts
- No conducir si no hemos dormido, al menos, siete u ocho horas
- Realizar paradas periódicas en áreas de descanso, incluso realizar algún estiramiento o dormir una pequeña siesta
- Beber agua e hidratarse bien, evitando en lo posible la cafeína
- Charlar con el copiloto (y turnarse en el volante con él o ella)
- Cantar o hablar en voz alta (¿por qué no?)
- Conducir con el cuerpo erguido y ambas manos al volante, concentrados
- Evitar comidas pesadas, optando por alimentos ligeros