Conducir con matrícula provisional supone llevar una placa temporal de color verde o rojo. Eso sí, no son las únicas matrículas “teñidas”, puesto que también en el caso de los vehículos del cuerpo diplomático vemos matrículas rojas y verdes (así como azules y amarillas). La diferencia radicaría en que estas últimas sí que serían placas definitivas. En la página de la DGT es posible descargar los documentos para la gestión de las placas provisionales, que están en varios idiomas, además.
Las matrículas rojas indican que un vehículo cuenta con un permiso de circulación temporal, cosa que puede deberse a distintos motivos. Son de dos tipos:
Pueden ser solicitadas por distribuidores, vendedores e importadores de vehículos, además de por particulares que hayan tenido que dar de baja temporal su coche por robo, o por no haberlo utilizado en un tiempo; en ese caso, antes de conseguir la nueva alta, deberá llevar la placa temporal.
Se necesita, con esta matrícula, un permiso de circulación temporal que dura 12 meses no prorrogables. La placa roja es la que llevan los vehículos con los que se realizan pruebas técnicas y ensayos… o aquellos que están de baja temporal porque se está tramitando su matriculación definitiva.
Esta placa es la que se utiliza cuando un vehículo nuevo y de origen extranjero es comprado o trasladado de un país a otro. La matrícula cumple su función de provisionalidad mientras en Tráfico se van actualizando los trámites necesarios para una matriculación ordinaria en el país de residencia (no en aquel donde se haya adquirido el vehículo, aunque se encuentre en la Unión Europea, incluso). Precisa, igualmente, de un permiso temporal de circulación, así como de la Ficha de Inspección Técnica española, que se debe tramitar en la ITV correspondiente.
La matrícula verde está destinada a diferentes fines: