Cómo comportarse (con seguridad) ante una grúa auxiliando a otro vehículo
28/05/2020Formación REAC para principiantes (Operador nivel 1)
17/06/2020La AEC tiene un plan. Construir, repavimentar, adaptar carreteras para reparar las convencionales, reducir las emisiones, revitalizar la España rural y acelerar el tránsito hacia la nueva movilidad.
¿Será posible que la carretera sea la tabla de salvación tras el efecto COVID-19? Según la Asociación Española de Carretera (AEC), sí. Tal es su convicción que la semana pasada
presentaron un plan –Plan de Carreteras Seguras, Verdes y Conectadas– para remodelar la red de carreteras secundarias de España… y todos los tipos de carreteras en España, en general. Se trata de una reivindicación que esta organización viene realizando desde hace años, desde que el país se sumiera en la crisis financiera de 2008 y se impusiera el severo cumplimiento del déficit público exigido por Bruselas.
La enfermedad del nuevo coronavirus ha dejado en nuestro país, en el momento de escribir estas líneas, 27.136 personas fallecidas (de entre los 242.280 casos confirmados). Las previsiones del Banco de España, después de haberse paralizado la economía y detenido en seco una industria tan importante como la turística, no son halagüeñas: la destrucción económica oscila entre el 9,5 % y el 12,4 %, con una subida del desempleo hasta el 21 % en el primer semestre de 2020.
Ante este panorama, AEC habla de activar el ocio y el turismo mirando hacia el interior de la España vacía, por un lado. Por otro, señala la enorme oportunidad que supone adaptar nuestras carreteras a las realidades de la movilidad futura que viene. Y esto pasa, según la organización, por instar al Gobierno a poner en marcha un plan que, con una inversión de 32.000 millones de euros, “absorbería alrededor de la mitad de las previsiones de paro en 2021”, indican.
Más de un millón de puestos de trabajo
Es lo que promete la asociación con esta medida que, por lo demás, pretende cubrir necesidades como la reducción de emisiones de dióxido de carbono (con la repavimentación interurbana), y la creación de una Red de Movilidad Turística en los territorios vaciados, demográficamente hablando.
Dentro de la parte del programa dedicada al suelo urbano estarían contemplados el diseño y la construcción de carriles para bicis y vehículos de movilidad personal (los VMP, tan en boga antes de la crisis epidémica).
Carreteras 2+1 en las peligrosas vías convencionales (un carril adicional para facilitar los adelantamientos), zonas de seguridad, bandas sonoras, 3.300 kilómetros de carriles-bici, 90.000 kilómetros de pavimento, peatonalizaciones y señalizaciones inteligentes -repartidos en 12 programas de actuación-, serían algunas de las actuaciones de tan ambiciosa propuesta. Según la AEC, el retorno de la inversión se cifraría en un 49 %, teniendo en cuenta el IVA, otros impuestos y las cuotas a la Seguridad Social de las personas que se contraten.