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17/04/2019Abril y mayo son tiempos especialmente complicados para el día a día de las personas alérgicas. En este artículo explicaremos por qué los síntomas de la alergia pueden llegar a afectar en la conducción.
Aunque los tiempos están cambiado para las alergias -la Organización Mundial de la Salud advierte que la de las gramíneas se está extendiendo a gran parte del año-, lo cierto es que de abril a junio son los meses en que los síntomas de las alergias aparecen con mayor crudeza en los pacientes. Las plantas polinizan y las personas afectadas sufren los síntomas habituales: estornudos en cadena, congestión y picor nasal, tos, lagrimeo y picor en los ojos, fatiga, somnolencia… De hecho, se espera que en 2050 la mitad de la población en nuestro país sufra algún tipo de alergia.
¿Qué pasa cuando conducimos en estas condiciones? Ocurre que, además de la falta de sueño, causada por la propia polinosis o trastorno alérgico producido por el polen, se dan circunstancias como los estornudos reiterados, que pueden llegar a restarnos atención sobre la carretera durante 15 segundos.
Otro aspecto que debemos considerar es la medicación. Ni que decir tiene que no es aconsejable automedicarse, por la sencilla razón de que en algunos antihistamínicos -no todos- se ha ido afinando con los componentes. Hoy en día es posible tomar aquéllos cuyos compuestos no producen efecto alguno sobre la conducción.
Algunas recomendaciones
No solamente es necesario evitar la automedicación. En el caso de que conduzcamos todos los días y nos encontremos en pleno período de alergias, tendremos que evitar el alcohol (pues reduce reflejos y contribuye a la somnolencia); y, ante cualquier síntoma de fatiga extrema, aparcar el vehículo en una zona segura, apagando el motor. Si planificamos nuestras salidas, mejor: la web de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ilustra muy bien de los niveles de cada tipo de polen en un sitio concreto. ¡Es muy práctica!
El mantenimiento del vehículo es otra cuestión importante, puesto que si está limpio y prescindimos de moquetas y alfombras el ambiente del habitáculo nos resultará menos hostil, en caso de ser alérgicos o alérgicas. Es preferible no usar el aire acondicionado, o ponerlo de forma suave. Pero en cualquier caso tendremos que mantener limpios los conductos de ventilación, disponiendo de filtros HEPA, a ser posible (puesto que son los que mejor combaten las partículas del polvo y el polen).
Hay que conducir con las ventanas cerradas y gafas de sol adecuadas, para evitar el polen, así como elegir rutas donde no haya mucha vegetación. La hora del día en la que cojamos nuestro vehículo también importa, ya que es durante la primeras horas de la mañana y en el crepúsculo cuando se dan mayores concentraciones de polen: concretamente de cinco a 10 de la mañana, y de siete a 10 de la noche.